domingo, 30 de diciembre de 2012

La biografía de la llegada del baloncesto a España, el Padre Millán

El Padre Millán, la figura más influyente del baloncesto español, la figura a la que debemos rendir tributo por la introducción del deporte de la canasta en nuestro país. Una historia muchas veces desconocida u olvidada y que debería ser una asignatura obligatoria para todo aquel que se considere un amante del Basketball, nuestro Baloncesto, el Pallacanestro italiano, el Kosarkaski yugoslavo, el μπάσκετ griego… A continuación, una breve biografía de esta figura, la biografía del padre Millán, la biografía de la introducción del baloncesto en España.

Nuestro protagonista nació el 16 de diciembre de 1886 en La Quiñonería, un pequeño pueblo agrícola de Soria de apenas trece habitantes próximo al límite con la provincia de Zaragoza. Un día después, el 17 de diciembre, el primer hijo de Ezequiel Millán Sanz y Tomasa Alonso Díez era bautizado, en la Parroquia de San Pedro Apóstol, bajo el nombre de Eusebio.

La Quiñonería era una pequeña aldea que nunca hubiera imaginado que, aquel crío que correteaba por sus calles, llegaría a tener en la actualidad una calle y dos polideportivos (en Soria y Mataró) que llevan su nombre. Así como el ente de promoción deportiva EMDE (cuyas siglas provienen de Eusebio Millán para el Deporte Escolar) formado por 101 asociaciones deportivas cuyo objetivo es fomentar la práctica del deporte escolar y la organización de campeonatos deportivos escolares.

Ya a muy temprana edad, Eusebio se vio obligado a cambiar los aires rurales de su pueblo natal por el frenesí de una gran ciudad como Barcelona. En la calle de la Paloma se instauró la amplia familia Millán, y es que Eusebio tuvo diez hermanos aunque, por culpa de la gran mortalidad infantil, solo cuatro sobrevivieron.

Eusebio llevaba la vida de un niño cotidiano de aquella época cuando en 1901 decide dar un cambio radical en su vida, el 29 de septiembre ingresa en el noviciado de Moià, una localidad cercana a Barcelona. De Moià emprende rumbo a Irache en Navarra, al monasterio cisterciense de Santa María la Real, donde cursó sus estudios de teología. Pero es en 1908 cuando es ordenado diácono en Barcelona y comienza así su labor docente como profesor de historia, geografía y dibujo en el colegio Santa Ana de Mataró.

A la edad de 24 años, en 1910, comienza su aventura, la aventura que nos ocupa esta historia. Ese año es nombrado sacerdote por el obispo de Lérida y junto a este cargo es destinado a Cuba. En la isla permanece diez años dedicándose a la enseñanza, primero en los colegios de Cárdenas y más tarde en Guanabacoa, un barrio de La Habana.

Es en la isla caribeña donde se encandila del baloncesto. El deporte de la canasta llegó allí de la mano de los soldados norteamericanos que la invadieron en 1906, y es que los soldados destinados en la lucha de la Primera Guerra Mundial fueron los encargados de la primera gran difusión del baloncesto.

Terminada su misión evangélica y pedagógica en la isla, volvió a Barcelona para seguir impartiendo clase en las Escuelas Pías de San Antonio Abad. Como profesor de inglés, geografía, física, química, historia, economía y estadística también alternaba el cargo de subdirector. Esto ocurre en 1921. Aunque el Padre Millán pudo regresar dos años antes a España, pero estando en el puerto de La Habana esperando para embarcar le robaron la cartera y el billete y tardó dos años en volver a recaudar los fondos necesarios para el viaje. 

La simiente del baloncesto germinó rápidamente en estas escuelas, aunque no con la ausencia de problemas. Y es que en esas fechas existía verdadera pasión por el fútbol, cuya selección acababa de lograr la medalla de plata en los JJOO de Amberes y parecía rarísimo que un deporte de equipo y con balón pudiera jugarse con las manos. Pero la persistencia del Padre Millán hizo que los niños del colegio empezasen a practicar este deporte.


En el patio del colegio instaló dos rudimentarias canastas que le permitieron desarrollar un torneo ínter aulas con la participación de varios equipos, unos de forma voluntaria y otros coaccionados por el sacerdote bajo la amenaza de prohibirles jugar al futbol en la hora del recreo si se resistían. Se hacía necesario un acuerdo con los alumnos para que, a duras penas, aceptasen el baloncesto. Al final se tomó la salomónica decisión de jugar tres días al futbol y tres al baloncesto. Así este dictador con sotana fue guiando a sus ovejas hacia el redil.

En 1922 el Padre Millán, junto a Ricardo Pardiñas que era el delegado deportivo del colegio, funda el primer equipo peninsular, el Layentano, el decano del baloncesto español. Un grupo de ex alumnos que se reunían para entrenar tres veces por semana a las seis de la mañana antes de que cada uno se fuera al trabajo.

El Layetano fue uno de los más importantes clubes deportivos catalanes durante varias décadas y uno de los mejores de España, llegándose a proclamar dos veces campeón de la Copa de España. Para saber más de la historia de este club podéis leer este artículo.

El primer campeonato que se disputó en España, el Campeonato de Cataluña de 1928, lo ganó el Layetano. Este es su quinteto titular
Así llegamos al primer partido de la historia del baloncesto en territorio español, un partido entre el Layetano y otro equipo de la ciudad condal, el Europa. Partido que se jugó en el campo de fútbol de Gràcia. Cada equipo estaba formado por siete jugadores, situando las canastas sobre los largueros de las porterías y utilizando como esférico un balón de fútbol. El resultado sería un parco 8 a 2 favorable al Europa. Esto sucedía el 8 de diciembre de 1922 y por fin el baloncesto salía de los patios de las Escuelas Pías.

En 1924 Eusebio fue trasladado a los Escolapios de Mataró y Calella, donde fundó sendos equipos. Fue en Mataró donde más fácil e intensamente prendió el nuevo deporte. La expansión del baloncesto crecía como la espuma, proliferaban nuevos equipos, cuando el 11 de abril de 1956 nuestro héroe fallecía en Barcelona. Se ponía fin a una vida que, de principio a fin, promovió la expansión del baloncesto.

El empeño del sacerdote por difundir los valores del deporte entre los más pequeños y en los barrios marginales hizo que fuera distinguido con la medalla al mérito deportivo, de la Federación Española, y con la Copa Barón Güell, otorgada por la Delegación Nacional de Deportes. También fue homenajeado por la Federación Catalana de Baloncesto en el año 42.

Esta es la historia del Padre Millán, el apóstol del baloncesto español.

Homenaje de la Federación de Cataluña al Padre Millán en 1942

Crónica de un partido entre el Layetano y el Barcelona (El Mundo Deportivo,  10/05/1946)


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